domingo, 6 de diciembre de 2009

La expedición Malaspina en el Pacífico septentrional americano






Corbetas "Descubierta" y "Atrevida"

El 30 de julio de 1789 dos corbetas de la Real Armada española, la “Descubierta”, al mando de Alejandro Malaspina, y la “Atrevida”, comandada por José Bustamante, se hicieron a la vela desde Cádiz.
El objetivo de la expedición era un mejor conocimiento de América para navegar con seguridad por sus aguas y para gobernar América con equidad y utilidad. Como diría Malaspina: “Sin conocer América, ¿cómo es posible gobernarla?” Para tal fin, distintos especialistas figuraban a bordo de las dos corbetas, que disponían de laboratorio para la práctica de las ciencias naturales, de observatorio astronómico portátil, de un aula de dibujo, un gabinete de cartografía y un taller de taxidermia.
Tras la exploración de las costas suramericanas del Atlántico y del Pacífico, en abril de 1791 Malaspina se encuentra en la ciudad de México. Allí recibe órdenes de explorar las costas septentrionales del Pacífico americano hasta una latitud aproximada de unos 60º y verificar la realidad del descubrimiento del paso llamado de Ferrer Maldonado, estrecho que debería unir por el norte los océanos Pacífico y Atlántico.
Malaspina desconfiaba totalmente de Ferrer Maldonado y de su sospechoso “Memorial”, al haberlo leído detenidamente. El marino de origen italiano señalaba los muchos errores y contradicciones en los que incurrió el navegante del siglo XVI. A pesar de sus objeciones, Malaspina parte el 1 de mayo hacia el norte y, en caso de no encontrar el famoso paso, podrían realizarse nuevas cartas, comprobar el estado de la guarnición de Nootka(o Nutka) e intentar encontrar puertos de intermedio para las naves de Filipinas que regresen a España.
El interés por buscar un paso septentrional que uniera los océanos Atlántico y Pacífico era patente, por parte de Inglaterra y de los Países Bajos en el siglo XVII, a fin de desarrollar nuevas rutas comerciales que escaparan al dominio y control hispano. Asimismo, tanto franceses como británicos pretendían asentarse en las tierras más occidentales de Norteamérica para explotar los ricos yacimientos de minerales y el negocio de las pieles, como también hicieron los rusos al ocupar Alaska hasta 1867.
Además, Malaspina era consciente de que el conflicto surgido entre españoles y británicos por el minúsculo poblado español de Nootka, en la actual isla canadiense de Vancouver (antes llamada Quadra y Vancouver por los nombres de los navegantes español e inglés respectivamente que negociaron el futuro del territorio) era un movimiento más en la lucha geoestratégica.
A finales de junio de 1791, Malaspina fondea en el puerto de Mulgrave, situado a 60º latitud norte en el actual golfo de Alaska. Allí, realizan intercambios comerciales con los avispados indígenas dirigidos por el cacique Ankau. Estos vestían con pieles de lobo marino y otros con uniformes viejos de soldados y marinos (procedían de una expedición inglesa de 1785).
El 2 de julio, las corbetas inician la exploración del abra que aparecía ante ellas y que podría tratarse del famoso paso del noroeste nunca hallado. Sin embargo, enseguida Malaspina se da cuenta de la inutilidad de la empresa, debido la escasa fuerza de la marea. Además, el abra era muy corta, pues al otro lado se veía un perpetuo hielo, lo que no podría ser si las aguas, en otra época del año, tuviesen una rapidez proporcionada o hubiera comunicación con otro mar. Los testimonios de otro cacique sobre la inexistencia de un posible paso corroboraban sus impresiones.
Finalmente, antes de abandonar aquellos lugares, los exploradores les ponen nombres: el puerto explorado se llamará Desengaño, el abra externa Ferrer Maldonado y la isla interna situada frente a la bahía toma el nombre del naturalista Tadeo Haenke, que los acompañaba.
El 6 de julio de 1791, las corbetas partieron hacia Nootka, el establecimiento español más septentrional de Norteamérica (49º 30’ latitud norte) y que había pasado momentos muy difíciles con el enfrentamiento entre las Coronas española y británica por su soberanía. Atrás quedó la bahía Desengaño, hoy conocida por Disenchantment Bay.

Fuerte de San Miguel en Nootka

El 12 de agosto, las corbetas llegaron al puerto de Nootka. Poco antes, se acercaron varios indígenas con ánimo de intercambiar. Estos vestían con pieles y cubrían sus cabezas con unos sombreros cónicos. Tal como refleja Malaspina en su Diario, tras hablar con los indígenas: “... no les extraña la bandera, el idioma y nuestras costumbres, ni ignoraban los nombres de los comandantes Martínez y Eliza”.
Alejandro no puede evitar emocionarse al ver “tremolar la bandera nacional en un altito”. Asimismo afirmó: “No ignorábamos de antemano la existencia de un establecimiento nuestro en estas costas; no ignorábamos cuántos caudales se habían derramado y cuánta sangre pudo haberse esparcido para sostener su legítima posesión”.
En ausencia del comandante de la base, Eliza, la guarnición española estaba al mando de Pedro Alberni, capitán de la Compañía de Voluntarios de Cataluña (tocados con su habitual barretina).
Allí comenzaron obras de reparación y tareas de abastecimiento. Los hombres de Malaspina fabricaron una cerveza obtenida de la hoja de pino para beneficio de los del Establecimiento. Además, puso a disposición de la guarnición las fraguas y los herreros de las corbetas para reparar las armas y los utensilios de labranza que estaban en muy mal estado. Los expedicionarios también entregaron a la tropa catalana medicinas, ropas, alimentos y vino en grandes cantidades.
Por otra parte, paulatinamente los indígenas comenzaron a acercarse a los españoles. El cacique Macuina les visita aunque se mostraba desconfiado. Éste tenía interés en vender una niña india a los tripulantes. Más tarde, Malaspina se enteró de que los españoles solían adquirirlas a los indios a cambio de “dos fusiles o con una o dos planchas de cobre”. Según investigaciones de Malaspina, los niños se trasladaban a San Blas ( en la costa mejicana) para ser mantenidos por individuos casados de buena familia.
El 27 de agosto, el cacique Macuina fue agasajado en la Descubierta ya que Malaspina, próximo a zarpar, deseaba sentar las bases de un futuro entendimiento entre las tribus de la zona y los españoles de Nootka. Los obsequios fueron: “dos velas para canoa, cuatro cristales de ventana, una plancha de cobre, algunas varas de paño azul y unas pocas piezas de quincallería.” A cambio, Macuina ratificó la cesión del terreno donde se asentaba la base española, acción que ya había realizado antes con los españoles y no con los ingleses.
Finalmente, Malaspina puso rumbo al sur hacia Acapulco, para posteriormente cruzar el Pacífico y llegar a las Filipinas.


Para la realización de esta entrada se utilizó las notas sobre el “Diario de Viaje” de Alejandro Malaspina y la obra “La aventura de Malaspina” de Emilio Soler.

2 comentarios:

  1. Bueno, bueno, un amigo que anda por Nootka, Vancouver Island estos días, me ha señalado este Blog y acabo de visitarlo. Hay que felicitaros por vuestra labor de contar nuestro pasado que siempre ha sufrido por aquello de ser "largos en façellas, cortos en contallas" pero, claro, hay que contarlas bien: pleno Ártico! > "Malaspina fondea en el puerto de Mulgrave, situado a 60º latitud norte, en pleno Ártico". Creo que necesitáis un editor para corregir éste y otros deslices. He vivido allí casi un cuarto de siglo y he estado en Mulgrave (Yakutat). Point Barrow or Prudhoe Bay están en pleno Ártico, pero NO Yakutat! Tengo varios escritos en español e inglés y me da pena de ver propagarse y perpetuarse tantos errores como se cometen al tratar de nuestra Alaska.
    Arsenio Rey Tejerina 22/09/2010 reyteje@yahoo.com

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  2. Sr. Rey:
    Gracias por destacar el "desliz" geográfico cometido. Queda subsanado (espero). Si encontrase algún otro, no deje de comentarlo. Deseo que su pena quede paliada en parte. Ya sabe que el ser humano comete equivocaciones. Un saludo

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