viernes, 27 de noviembre de 2009

Los primeros pasos de Teresa de Calcuta



La Madre Teresa, nacida Agnes Gonxha Bojaxhiu en Skopje, entonces Albania y, actualmente, capital de Macedonia, nació el 26 de agosto de 1910 y era la pequeña de tres hermanos. Nikola, su padre, era contratista de obras y Drane,su madre, estricta y cariñosa, tenía una profunda fe. Después de la prematura muerte de su padre, la madre de Agnes puso un negocio de venta de telas y brocados. En la adolescencia, Agnes formó parte de un grupo juvenil de su parroquia, “La Hermandad”, y a través de las actividades que allí se realizaban bajo la tutela de un sacerdote jesuita, Agnes se interesó por el mundo de las misiones.
La primera llamada de su vocación misionera (“salir a la calle y ofrecer a la gente la vida de Jesucristo”) se produjo a los dieciocho años y entró en una congregación irlandesa, las hermanas de Loreto, que tenía misiones, especialmente en la India. Primero marchó a Irlanda para aprender inglés y después pasó a ser maestra en la Escuela superior-convento Loreto de Santa María en Calcuta (6 de enero de 1929). Cuando hizo los votos como hermana (24 de mayo de 1931) eligió el nombre de Teresa en honor de santa Teresa de Lisieux.
En Calcuta, la Madre Teresa enseñó geografía y catequesis en el colegio de Saint Mary y aprendió el hindi y el bengalí. En 1944 fue promocionada al cargo de directora de la escuela. Por aquellas difíciles fechas, el racionamiento y la escasez hicieron mella en la Madre Teresa y cayó enferma de tuberculosis, siendo enviada a Darjeeling, junto al Himalaya para reponerse. El 10 de septiembre de 1946, en el transcurso del viaje en tren, tuvo su segunda revelación: debía dejarlo todo y seguir a Jesús hasta los barrios pobres para servirle dedicada a los más pobres de entre los pobres. De este modo, la Madre Teresa empezó a pequeña escala, cuidando de una persona enferma y agonizante que encontró desamparada y mordida por las ratas en las calles de Calcuta.
A la Madre Teresa le costó dos años obtener permiso para reorientar su servicio en las misiones, pasando de maestra a servidora, de vivir en una comunidad segura y confortable, a no poseer más que una fe impresionante y un proyecto excepcional.
En 1950 la Iglesia católica aprueba la Congregación de las hermanas Misioneras de la Caridad de Calcuta. Dicha congregación se puso al servicio de los pobres, no sólo para hacer cosas por ellos, sino sobre todo en estar con ellos en su sufrimiento, compartiéndolo con Cristo. La Madre Teresa definió su papel a la hora de abarcar el mundo en su tarea diaria diciendo: “Nuestra tarea consiste en animar a cristianos y no cristianos a realizar obras de amor. Y cada obra de amor, hecha de todo corazón, acerca a las personas a Dios”.

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